Itinerario en Europa Occidental

París es una ciudad que enamora los corazones de todo el mundo, y buenos son los motivos. La capital de Francia tiene muchísimas atracciones imperdibles y aunque sea un cliché, la Torre Eiffel (tour Eiffel) está como primera en la lista. Dedica medio día para recorrer el Louvre, el museo de arte más visitado del mundo, y párate a observar la Mona Lisa de Da Vinci. Una vez que hayas colmado tu cuota artística, busca un lugar a la vera del Sena para empaparte del carisma que transmite esta preciosa ciudad.

Escápate del bullicio de París hacia la tranquilidad del Cementerio de Père Lachaise (Cimetière du Père-Lachaise). Muchos autores y artistas famosos yacen aquí, entre ellos, el cantante de The Doors, Jim Morrison, y el célebre escritor Oscar Wilde. Montmartre, el punto más alto de la ciudad, es otro lugar tranquilo que ofrece vistas espectaculares de París. Mientras estés ahí, visita la Basílica del Sagrado Corazón (Basilique du Sacré-Cœur).

Bienvenido a Ginebra, una de las ciudades más cosmopolitas de Europa y sede de las oficinas de los organismos internacionales de Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional, las cuales están abiertas al público. Haz un poco de terapia de consumo en la Rue de Marché, donde podrías tentarte y gastar tu dinero en las mejores marcas de Suiza. Desde el centro de la ciudad, disfruta de la asombrosa vista de la montaña más alta de Europa Occidental, Mont Blanc (15.770 pies / 4.807 m), visible desde el centro de la ciudad.

La atracción más especial es el casco antiguo de estilo francés con sus calles sinuosas y las terrazas de los cafés por todas partes. Cabe mencionar también que Ginebra es la ciudad que tiene el lago glaciar más grande de Europa, con los Alpes suizos y franceses enmarcando ese maravilloso paisaje. La ruta del tren panorámico que bordea el lago ofrece vistas fantásticas de esta parte espectacular de Suiza. Los titulares de pases Eurail viajan gratis en barco en el Lago de Ginebra con CGN, solo muestra tu pase.

Interlaken es la meca del deporte de aventura de Suiza (y probablemente de Europa) donde todo vale: con las mejores pistas de snowboard y esquí, parapente y paracaidismo sobre los brillantes lagos Brienz y Thun y rafting en los rápidos de la región.

El Ferrocarril Jungfrau* viaja por la montaña Jungfrau que se alza a espaldas de la comuna. Al llegar quedarás maravillado por las vistas impresionantes de las enormes montañas Jungfrau, Eiger y Mönch.
* Con tu Eurail Pass obtendrás un descuento en esta atracción privada.

Lo primero que notarás al salir de la estación de trenes de Innsbruck será el paisaje de montañas que rodea toda la ciudad austríaca. El lugar preferido es el casco antiguo, con sus edificios medievales de colores fuertes y su tradicional Goldenes Dachl (tejado dorado), un balcón gótico muy detallado.

Para disfrutar de vistas espectaculares de la capital tirolesa, tienes muchas opciones: toma el funicular Hungerburg que sube por la ladera de la montaña o visita el estadio de saltos de esquí en Bergisel, donde puedes ver los saltos que se hicieron en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1976. También puedes optar por la excursión en autobús hacia el Castillo de Ambras, situado sobre la ladera de la montaña de Innsbruck. Para los adictos a la adrenalina, hay muchos deportes de aventura que pueden practicar, haya sol o nieve.

Salzburgo, la joya de Austria, es la ciudad donde nació y creció Mozart. Visita las 2 casas donde vivió el niño prodigio de la ciudad, que actualmente son museos fascinantes dedicados a él. Pasea por el casco antiguo y remóntate a un periodo de riquezas y arquitectura majestuosa. Desde lo alto de la Fortaleza de Hohensalzburg disfruta de vistas encantadoras de la ciudad y de los destellos del Río Salzach que la atraviesa.Un viaje a Salzburgo no sería lo mismo sin hacer el Tour de la Novicia Rebelde: un recorrido por los principales lugares de la película, que pasa por montañas de picos nevados, praderas reverdecientes y lagos azules cristalinos del distrito de lagos de Salzburgo. Podrás conocer la historia real y la ficticia de la familia Von Trapp, tal como se muestran en la película de Hollywood.

Múnich, situada en el corazón de Baviera, es la tercera ciudad más grande de Alemania. Si la visitas durante la Oktoberfest, te llevarás una grata sorpresa con este tradicional festival bávaro de la cerveza. Celebrado anualmente, este es el festival más famoso de Alemania que atrae a más de 5 millones de personas. El corazón, la vida y el alma de la ciudad es Marienplatz, la plaza principal.

Visita la Residencia de Múnich (Münchner Residenz), antiguo palacio real de la monarquía bávara. Maravíllate con los estilos de decoración renacentista, barroco, rococó y neoclásico. Tras complacer tu sed artística, únete a los lugareños en Hofbrauhaus, una de las cervecerías más antiguas de Múnich. Este famoso salón tiene capacidad para 3.500 personas que quieran tomar cerveza y divertirse. Y no te sientas intimidado por los vasos de 1 litro, conocidos como maß.

Berlín, quizá la capital más moderna de Europa, es famosa por sus subculturas underground y sus tendencias alternativas, que conviven con los vestigios de un pasado trágico. Para interiorizarse sobre la participación de Berlín en la Guerra Fría, visita el Checkpoint Charlie, antiguo punto de paso oficial entre el Este y el Oeste. También hay varios tours por los búnkeres de la Segunda Guerra Mundial con historias completas de lo que aconteció ahí.

Berlín es el punto de encuentro de un grupo ecléctico de artistas, músicos y muchos otros que están en un proceso de experimentación y descubrimiento. Por toda la ciudad hay diversas exhibiciones y galerías de arte, por ejemplo, la Berlinische Galerie, con una colección permanente de obras de artistas locales que datan de 1870 y cubren una amplia variedad de temas y periodos. De noche, la búsqueda del placer y el hedonismo ponen en marcha el motor del mundo alternativo de Berlín.

Aunque Ámsterdam sea una capital pequeña, hay muchos motivos para visitarla. Visita el Museo de Van Gogh y viaja a través de las obras del famoso pintor holandés o dirígete al Museo de Rijks, que tiene una exhibición de arte holandés de la Edad de Oro. Otro museo imperdible es el Museo de Ana Frank, donde podrás ingresar al "anexo secreto" que fue hogar y escondite de la niña judía y su familia por más de 2 años durante la Segunda Guerra Mundial.

Es una ciudad famosa por su sórdida Zona Roja enmarcada por cafés, pero no te dejes engañar: Ámsterdam no es unidimensional. Pasea por las calles de adoquines que bordean el canal y haz una parada en uno de los tradicionales cafés marrones (bruin café) de Ámsterdam para beber una cerveza local, o dirígete a la zona de las nueve calles (Negen Straatjes) para hacer un poco de terapia de consumo en las tiendas de última moda. La mejor forma de conocer la ciudad es a pie o en bicicleta, que puede alquilarse.

Si vas a estar en Bélgica poco tiempo, te recomendamos concentrarte en la ciudad medieval de Brujas. La ciudad, escenario de la exitosa película In Bruges, es tan encantadora como se ve en la pantalla, ¡claro que sin todo el drama de la ficción! Sube los 366 peldaños del Campanario medieval, un símbolo icónico de la ciudad.

El centro de Brujas, que está en muy buen estado de conservación, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es muy sencillo percatarse de los motivos de esta consagración mientras uno pasea por las callejuelas angostas y pintorescas y a la vera de románticos canales. Después de que hayas visto todo lo que hay para ver, prémiate con una cerveza belga en una terraza soleada o compra algunos chocolates belgas artesanales para llevar.

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